miércoles, 26 de agosto de 2009

En el abrazo ansiado por dos meses de psicoanalisis, desesperación y sed de sangre, cada una vuelve a sentir esa ilusión perdida, ese ensueño de verano, esa idealización subjetiva de nuestro ser anhelado. Esa máscara que nos regalamos, que inventamos cumpliendo nuestros mas enredados y lúgubres deseos.
Nunca más haz de olvidar que la gente cambia y sigue transitando su mente de forma libre e independiente. Nunca mas haz de olvidar que aquello que jamás se puede seguir son los pensamientos y sus rumbos destiandos a sentimientos contrapuestos. Nunca más haz de olvidar que si el amor no entra, no insistas que no va a entrar. Nunca más haz de olvidar que tus debilidades fueron tu peor enemigo. Y que por querer satisfacer la idea de lo indoloro, el universo entero te hizo recordar que estás en el Planeta Tierra, que no puedes escurrirte o esfumarte, que no eres viento, que no eres agua, que no eres fuego, que no eres tierra.
La bipolaridad es inevitable: donde hay amor habra odio, donde hubo felicidad habrá infelicidad; y donde un árbol traspase crepuscularmente la luz del sol vendrá una ola de pesadas sensaciones que se manifiestan con una amargura y un dolor en la garganta.
Es que mi propia historia me ha traicionado otra vez... Somos seres condicionados... Quiero libertad, quiero como cual Descartes volver a empezar.



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