martes, 30 de marzo de 2010

existencialsiente 1

Comienza el día, las pequeñas lucecitas que se entreven en los agujeritos de mi persiana, la mente me acompaña silenciosa, hago los deberes, y parto en viaje hacia el trabajo, en ese mundo de colectivos y de rutas rurales me sumerjo en la música, pienso en viajes, en personas, en deseos, en la mente misma, pienso en viaje, amo viajar, si un día me siento mal, no importa si es un viaje corto o largo siempre las ideas se me aclaran mirando por la ventana, ver los kilometros pasar, ser y estar ambulante en la vida aunque sea por minutos, ser del viento, no pertenecer a ningun lugar, no aferrarse, me hace libre, me despeja y me ayuda a entender, esa manía que tenemos los humanos de querer entenderlo todo, sería mas fácil si nos sacaramos esa cruz de la espalda, pero sería mucho mas caótico mi ser, y no se porque, pero necesito mi alma en paz, en armonía y siempre para conseguirla prefiero pensarme y pensarlos, entenderme y entenderlos. Y como parte del proceso lo que no llego a entender va a parar abajo de la alfombra escrito en un papelito para recordarlo más tarde, claro, por supuesto sin darme cuenta que los daños colaterales también existen para esas cosas que no pensamos ni aclaramos ni entendemos y preferimos hasta no sentirlas, y podremos si, no pensar, no entender, pero no sentir, eso no depende de nosotros, y es ahí es cuando toda mi libertad se desvanece y me vuelve esclava, esclava de mis sentimientos, de mis angustias, de mis nostalgias...

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